sábado, 18 de noviembre de 2006

EL ORDEN ALFABÉTICO, de Juan José Millás

Influencias: Kafka, Tomeo, Cortázar, Monzó, Ramón Gómez de la Serna, La rebelión del 6, Alicia en el País de las Maravillas, La dimensió desconeguda y Vila- Matas (el primer relato de su antología Recuerdos inventados –título intencionado, ídem que el libro de Fernando Valls, La realidad inventada-).

Imagínate un mundo donde ya no puedes decir la palabra mesa y, por consiguiente, si una cosa no se puede decir, no vale la pena que exista, así que los seres humanos se deshacen de la mesa (y más tarde de los cubiertos) y empiezan a comer como animales. Pero la cosa se complica cuando somos incapaces de decir la R, de forma que ya no tengo una cara sino una casa y lo que siento por una chica es amo y no amor...

Es como la cita de Paul Eluard (marido de Gala y compañero de farra de Picasso, Duchamp & company): “Hay otros mundos, pero están en éste”.

Temas: la identidad, el doble, realidad / ficción, metaliteratura, elogio del arte de contar y de inventar otros mundos, etc.

El doble plano en que se mueve el protagonista se extiende de lo personal (no puedo desvelar nada) a lo familiar (su padre sufre hemiplejia y tiene una parte de la cara paralizada) y laboral (su jefa tiene una cicatriz que separa su lado melancólico del agresivo).

Pasajes inolvidables: la encuestadora, y otros que podríamos llamar Viaje al centro de una enciclopedia y Breve encuentro con una mosca.

La obra da un giro inesperado.

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